..Llena ese vacío

..Llena ese vacío
Sigo recordando el dia que murio mi corazón



FELIZMENTE VACÍA.




martes, 11 de julio de 2017

60.65 Y 66 GRAMOS.

Hoy estoy demasiado motivada, EN SERIO. 

Hoy estoy dispuesta a escribir todo lo que estos meses me he resistido, eso que llevaba dentro. En el post anterior, doy una vuelta a la nueva etapa que se avecina. A mi viaje a Irlanda durante 10 meses... (en los cuales espero escribir...) No obstante, también he dado un repaso a eso del cariño, a mi historia de vacío y amor.

Ahora, el tema que más me preocupa: el que me da vueltas, el que no consigo entender, explicar o salir.... 

La comida. 

Comer, comida, comer, alegria, familia, felicidad, disfrutar, envidia, tristeza, melancolia, respeto, miedo, vomitar.

Estas son las palabras que me han salido en un flash mental, en unos 30 segundos de planteamiento... y realmente me faltan unas cuantas. Unas cuantas y recurrentes palabras que verifican  mi relación con la comida, como: Obsesión, Asco, rabia, irealidad, ideal, idealización. 
Vivo en un continuo: no comas, no engordes, no te peses. Y yo sin embargo, estoy en el incesante me peso, no como, engordo. 

No mentiré si digo que no aprecio el cambio. Que hace año y medio (y ojala escribiese algo de entonces, luego lo comprobaré) estaba en unos horribles 84 kilos. Ahora, rozando los 64, los 65 los 66 y gramos. Aún me peso obsesivamente cada mañana, intentando alegrarme o deprimiendome al oír 200 gramos más o menos.. un número redondo, otro torcido... mi vida.

Mi familia lo nota, mis amigos, mis rollos, la gente en general esta ... SATISFECHA: me hacen cumplidos y me regalan más miedos, porque no hay cosa peor que cuando sienten la tripa hinchada, llena, completa, cuando te acechan las ideas de vaciarla. 

Acabo de hacerlo. Vaciarla, vomitar y me siento bien. Años y años vomitando (no siempre) me han ayudado a no sentirme tan mal en el proceso, a no forzarme tanto al inicio y a sentirme plena al final. Así me siento ahora, avergonzada, nerviosa, plena.

Sé que la semana que viene empezaré a currar y trabajar con niños no te deja tiempo para nada (ni para comer) asique rezo todo lo que sé, para llegar a los 64 y listo. A lo liso de un estómago que se resiste a desaparecer. 

En agosto el festival y beberé y no podré hacer otra cosa porque es una experiencia única. Ya habrá váteres, ya habrá llantos y todo un año en el extranjero para perderlo y que se note, que se me vea.

Hoy por hoy yo veo el cambio, veo que mis pechos, mis tetas han disminuido sustancialmente y no me importa, la 100D en una niña de 16 años no quedaba bien. No me importaba realmente, suficiente preocupada me tenia tener una 42 de pantalón que luego fue una 44. Hoy soy feliz de meterme normalmente un 38 y en ocasiones una xs. 
Lo noto en la cara, antes redondeada ahora básicamente ovalada. Lo noto en mis piernas, lo noto en los brazos que si los odiaba (aun los odio), pero sobre todo lo noto en las estrías.

Miles, cientos, docenas, odio estos adornos del camino triunfal, las aborrezco. Es simplemente odioso que el castigo de no comer traiga aún más sufrimiento en forma de linea: de carretera, de EX-obesidad. Y estamos en Julio. Y el verano. Y la poca ropa y el ocultar y ocultar, me cansa. Me agota. 

Con según qué gente, he pasado a una nueva etapa llamada, "me la suda" y es fácil ir sin sujetador con mis amigas más cercanas o ponerme cualquier bañador y bronceador para teñir estas odiosas marcas.... pero el festival, pero los chicos... pero bicho (y su absurda perfección). 

Siento amor odio cuando me toca. 

Es amor porque me roza suavemente porque no deja de repetir lo suave que estoy, lo adorable que es mi piel, y yo inconscientemente sonrío. Eso hace mi cara pero mis neuronas trabajan alteradas: no le dejes tocar, no le dejes rozarte según en que partes, ¿se notará el tacto de una estría?, Carmen concéntrate en otra cosa, que no te coja, así no, así sí, finge un ataque de cosquillas, cambia de postura, PARA, vuelve.

Acostarme con Bicho es caótico, es pasional, es increíblemente complicado con todo esto en la mente y aun así, es por definición glorioso.

Mis estrías también me odian (eso creo). Me recuerdan el cambio y que por mas xs que me meta y por mas sentadillas, abdominales o ensaladillas coma, "fuiste gorda, obesa, enorme, Carmen" No lo olvides. Y no lo olvido. Me atormenta perder peso, pero aún más ganarlo asique tengo un plan que dejaré aquí mismo. 

Pienso llegar a los 60... a los 57 (nadie lo sabe) si es preciso, a eliminar esta tripa que me amarga la existencia y después, enfocaré mis retos, mis esfuerzos y mi vida a mantenerme y a arreglar el destrozo de cuerpo que tendré después. Ese es el plan y cada vez sacan más cosas. Que si para desprenderte de la piel sobrante en el pecho, que si camuflaje de estrias. Todo.

Pero paso a paso, comida a comida y estria a estria. Lo conseguiré.

pd: Lo inhumano que será ser madre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario