Noviembre, frio.

Iba a escribir sobre otra cosa, pero al leer mi anterior entrada no puedo más que dejar mi idea iniciar y escribir sobre lo siguiente.

 Si la entrada anterior se centraba en aquel Bicho que me picó tan intensamente.... durante unos 3 meses. He de decir que su picadura se evaporó, se sumió en el olvido. Las picaduras remitieron gracias a una dosis más fuerte, más intelectual. Otro animal, otro hombre-niño que se dignó a aparecer (a reaparecer mejor dicho) en el mejor momento. Un Búho nocturno que me atrapó, que me encerró en el desvelo de las noches, en lo sabio de sus palabras, en lo bonito de una persona que era un yo en masculino. Un intelectual sin aires de grandeza (no otro junta letras) de los que carece el mundo. 

Pero vayamos por partes. 

Adonis, bichito era perfecto en muchos sentidos y me ilusionó como pocas personas han logrado desde que estuve realmente enamorada. Subir, bajar, salir, entrar, ver juntos el cielo y las estrellas.... idílico.
Que no le importase venir hasta mi casa, raptarme a altas horas de la mañana y simplemente hablar de universo, se convirtió en el motivo, en la razón de que mi mundo diera un sentido a las noches. Inesperado, intrépido, excesivamente juguetón y fisicamente perfecto como exponía en la otra entrada. 

Sí, que sí. Que bajo muchos prismas y en muchos aspectos soy persona fría, pero ¿como no caer? 

-Pues no cayendo. 

Y así hice. Literalmente me prometía ese cielo que muchas noches contemplábamos en el mirador y yo le escuchaba, le oía, pero aquellas promesas: "solo pienso en ti", "contigo me basta y me sobra" me sonaban mas raras que el chino. Inaccesible, impensable para mi. 
Él lo quería todo, lo quería YA y por suerte yo soy de las que confían fácilmente.... Ni fácilmente ni difícilmente, NO CONFIÓ. (el tiempo me ha dado la razón). 

Y menos mal que no me dejé llevar por aquellas bellas palabras, con sus perfectas promesas de continuidad , con viajes, con escapadas a Londres y Cruceros por el mundo. Un vende-humos profesional con cuerpazo de deshollinador es lo que el era, SUERTE, REITERO que no me dejé picar hasta tal extremo. 

Entre medias de sus peticiones de relación y yo que no me dejaba llevar, Buhito, regresó. De noche, poco a poco sin prisas con la calma y la templanza que yo tanto necesitaba, me caló. 

Ferran siempre ha sido Ferran. Desde el primer momento. La persona más locuaz e interesante que he conocido, la única que ha conseguido que cerrara la boca y que abriera la mente, que me ha hecho volar en sus viajes, imaginar en sus historias, leer un poco más al sentir que no estaba a la altura...y casi y sin el casi, SOÑAR.

Desde Diciembre de 2015 ha tenido sus idas y venidas, sus ahora si, ahora no, ahora me enfado y te elimino de mi vida y ahora eres, o al menos te hago sentir, especial. Ahora te dejo tirada (Barcelona) y ahora soy la persona que pierde el culo por ti. Y al final aunque el vive lejos, vino (después de haberme dejado plantada, recalco) y vino y fueron dos días perfectos. Perfectos con él y perfectos para aclarar mi mente, al tener la idea feaciente de que quizas 5 o 6 o 2 años o lo que fuera pero él no es para mi, no lo era, no lo es y tal y como estamos ahora no lo será.   

Después de vernos, devorarnos y disfrutar de mi ciudad, se marchó. Temía la vuelta a la realidad, me desvelaba la idea de pensar que ya no iba a ser "petó" por aquí bon día por allá, después de habernos cebado el uno del otro, el uno al otro. Y mis miedos se quedaron en eso. Miedo. Volvimos al día a día a nuestra rutina, a hablar de todo, sin hablar de nada, a las risas, a los momentos, a los "duérmete que es tarde", todo perfecto, hasta que Halloween se presentó... yo averigüé el truco y el rompió el trato. 

Nunca nadie me ha hecho sentir incomoda con mi cuerpo. MIENTO. Nunca nadie me ha hecho sentir TAN incómoda con la ropa que llevo y mi cuerpo (y eso que era un disfraz) su mordaz "me voy a leer y tu a zorrear" me marcó. Lo marcó. No obstante, su incapacidad de asumir que fue el comentario mas desafortunado de todos los santos, lo dinamitó todo.

A partir de ahí y su irreverente "No lo voy a retirar", marcaron el inicio del fin y el comienzo de un silencio que si bien no dolía, quemaba por dentro. Debo decir que algo intenté, una argucia con amigas, pero tampoco surtió efecto. 

¿me hablará? ¿no me hablará más? INCÓGNITA. 
¿Le hablaré? NO
¿Que contestaré cuando me hable? . . . 

No obstante, siempre supe que no era él mi final, asique hasta que lo encuentre agradezco tantos altos en el camino que me ayuden aprender como aparezcan. Las "relaciones" a distancia son así, empiezan acaban, fastidian y te dejan con el sabor de boca de comprobar con la mirada la dirección que toman las cosas.