Hoy también es un dia de esos. De esos en los que no me levantaria de la cama, o del sillon, o simplemente del suelo. Hoy es un dia de esos que necesito algo que me impulse, y como eso no existe, como esa persona no existe necesito venir aqui, vomitarlo todo y seguir. Es tan negro y triste el momento en el que estoy pasando que necesito hacer una lista de cosas que deberia hacer porque realmente mi mente esta a punto del colapso.
- Pesarme
- Llamar a colegios
- Cocinar
-Limpiar
- Ir al gimnasio.
Pesada y deprimida me hallo en el último rincón de mi casa, escribiendo. Con la esperanza de sentirme mejor cuando acabe. He vuelto a ese punto en que todo me da miedo, me da miedo comer y engordar, no comer y engordar, ir al gimnasio y engordar, no ir y engordar, desayunar y engordar, no desayunar y engordar. La cinta de lomo, el agua, el pan, el aire..... todo me da miedo (y asco) por si se queda dentro de mí y de mi barriga. Suspiro.
¿Cuando acabará? voy a hacer 24 y sigo como con los 15 y los 17 y los 21 y ayer mismo, con ese sentimiento de que nada merece la pena si no estoy delgada, con ese ansia por desaparecer.
Doy gracias a mi perfil de twitter. Bendito el día en que decidí abrirlo y gracias al cielo que me gusta leer. Leer la vida desastrosa de muchas otras, la lucha incesante de todas. Parece paradójico pero tanta desesperación me calma.
Bicho ha vuelto como cada verano. Lo típico y con él todas mis inseguridades. Seamos sinceros, siendo sincera, Luis ya había abierto ese cajón de mierda y lo peor es que pasa el tiempo y en vez de cerrarlo mete más y más mierda. "mira esta chica que buena esta" "me gustaría que hicieses sentadillas" "¿por que no fortaleces el vientre?"
Sutil pero incisivo, como los colmillos de una serpiente. Debería cortar con eso, cortar con eso y mi piel, porque me siento tan culpable de no ser quien el desearía. Lo odio.
El plan b es suplicar a Antonio descubrir en su frialdad, la parte de persona que tiene, de grandisima persona que oculta. Me fascina cuando me deja entrar en su mente, en sus pensamientos aunque sean 15 minutos. Me encanta seguir descubriendo que no se nada de él aunque ya han pasado dos años. Dos largos años desde que apareció para picarme. Su veneno aun me duele, me cautiva. Me gusta, siempre me ha gustado y siempre me gustará, es así. Y ya no solo por ese halo de incertidumbre si no porque estoy convencida de que podría ser la persona que estoy esperando. Podría, pero no es.
Es interesante lo corto que puede ser un beso y todo lo que significa o te aporta. Cuando él me besa siempre me muerde, me lastima, me encanta y me eleva, pero me muerde. Nunca me besa con pasión, con los labios, con amor, siempre con esa necesidad primitiva de poseerme.
Nunca me besa cuando se despide, simplemente se va. Es increíble cómo dolía antes y lo asimilado que lo tengo ahora. No volverá hasta dentro de meses, seguro. Lo que me provoca inseguridad son las ganas que tengo de que me hable. Son las ganas que tengo de que él fuera diferente, solo un poco. Pero la gente no cambia, que me lo digan a mí que aquí sigo.
Un lunático aventurero pero cariñoso, amoroso. MIO. Pero él no es de nadie y lo respeto. Le respeto y le conozco tanto como para saber que estar con él son horas alegres, momentos inolvidables, sexo y despedidas. Lo llevo bien. Que bien se vive cuando no esperas nada.
Guille es otra cosa, es lo opuesto y lo igual es la historia que nunca será y el pensamiento de que podría ser maravilloso. Somos tan iguales por dentro.... pero no soy su tipo ni lo seré nunca, a él le va lo complicado, su rama sanitaria y poco más sé de sus gustos la verdad. Podría imaginarme con él el resto de mi vida y no es algo que venga de ahora. Él nunca lo sabrá pero ya me encantaba cuando pesaba más, cuando pensaba menos, cuando de algún modo me las lanzaba. Cuando se preocupaba menos por un cuerpo que siempre fue perfecto. Siempre lo fue porque él era él y sigue siendo el mismo. Con un envoltorio u otro pero esas ideas, esos compromisos, esa seguridad a la hora de hablar de amar, de amor y de pareja.... Deseos.
Me encanta y sigue sorprendiéndome lo bien que me voy sintiendo a medida que tecleo en este viejo ordenador. Todo parece más claro, dejo de ser la sonámbula de sentimientos y me convierto en mi otro yo. Con ciertas ganas de empezar de nuevo, de no abandonarme del todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario